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DIA DEL SOLDADO SALVADOREÑO

Todos los años, el Ejército Salvadoreño celebra el día del soldado el 7 de mayo, aniversario de la creación de la Legión de La Libertad del General Manuel José Arce en 1824, la cual defendió los ideales de los primeros patriotas y del liberalismo que se oponía a las pretensiones dictatoriales de los conservadores guatemaltecos.
Este día se recuerda a miles de héroes anónimos que han derramado su sangre por los más altos ideales de la Patria, muriendo muchas veces en la sombra del anonimato, sin tumba y dejando a sus familias en la pobreza y la ignominia.
Es un día que conmemora la valentía, el arrojo y la entrega desinteresada de los mejores hijos de la Patria.
Morir en el cumplimiento del deber es la máxima expresión de amor de un patriota, un sacrificio que solo Dios puede compensar.

Pero también esta fecha recuerda a todos los que hemos portado con honor este uniforme y hemos tratado de dar lo mejor de nosotros mismos para evitar que nuestra querida Patria caiga en manos del invasor o del traidor apátrida, que quizás no tuvimos el honor del martirio en el campo de batalla pero que no manchamos con la traición ni la cobardía la dignidad del uniforme que distingue al soldado nacional.

La Fuerza Armada es el brazo armado del pueblo, y por tanto, la institución encargada de velar por su respeto y dignidad.

Nadie, desde la época de los Legionarios de la Libertad, ha llevado con tanta dignidad, honor e idalguía el uniforme como lo hizo Domingo Monterrosa Barrios. Ha sido el soldado que mejor entendió su juramento, al punto que se ha vuelto legendaria su frase: “Juré cumplir y cumplí”

Escribir “Misión Cumplida” con la propia sangre en el pergamino del territorio nacional, es el mayor honor que un soldado puede esperar, más que cualquier condecoración, porque esa leyenda nunca se borrará en el espíritu nacional.
Los que tuvieron el honor de combatir bajo sumando y a quienes su vida y martirio nos sirvió de inspiración para luchar con honor, tenemos la obligación de seguir su ejemplo en el ejercicio de la vida diariamente, en el diario cumplimiento del deber diario, en la familia, en el trabajo, en la crianza de los hijos, en la construcción de una Patria en Paz tal como la soñó mi Charly Monterrosa.

Este siete de mayo cobra vital importancia porque la figura de Monterrosa, a pesar del intento de sus enemigos de destruirla el pasado 16 de enero, ahora se erige con mayor dignidad y como un faro que nos guía en medio de la oscuridad que ha postrado en la ignomina a nuestro pueblo.

“Le doy parte mi Coronel Monterrosa, que seguimos pendientes de instrucciones para atacar, con todo el poder de fuego de las armas del intelecto que poseemos y el valor que Usted nos ha infundido en nuestros corazones, hasta el sacrificio de nuestras propias vidas de ser necesario. Nos reagruparemos en el Cielo. Por ahora, sin novedad”
Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro

15 de Septiembre de 1981

Continuacion de la entrega “El Atlacatl fue parte de la respuesta a una crisis conflictiva en 1981

Entrega del Pabellon Nacional al Batallon AtlacatlA mediados de 1981, el mundo ya había tenido su cuota de actos violentos. A poco de asumir la presidencia de Estados Unidos, Ronald Reagan era atacado a tiros. Reagan estuvo cerca de perder la vida. La oportuna atención permitió que sobreviviera. En mayo de ese mismo año, el Papa Juan Pablo II se convirtió en el blanco de un fanático islámico. El acto causo indignación y angustia en todo el mundo, incluyendo a El Salvador. No era para menos, dos inconos del anticomunismo habían sido víctimas de atentados armados.

En esta entrega presentamos tres nuevos hechos que marcaron 1981. El primero de estos es la inoportuna intromisión en los asuntos internos de El Salvador por parte de los gobiernos de Francia y México. Por otro lado, el 15 septiembre, durante un acto cívico en la capital salvadoreña, el nuevo batallón Atlacatl era introducido al pueblo salvadoreño.

  • 28 de agosto – Posterior al fracaso de la “ofensiva final”, el FMLN gestiono a través de los gobiernos de Francia y México un comunicado en el cual dichas naciones reconocían a la organización terrorista salvadoreña como “fuerza beligerante”. Dicho reconocimiento se dio en Francia una vez ascendió al poder un gobierno de corte socialista liderado por Francois Miterrand. El asesor de políticas exteriores de este nuevo gobierno era Regis Debray, compañero de aventuras del “Che” Guevara.
  • 15 de septiembre – La Junta Revolucionaria de Gobierno anuncio en un acto cívico que conmemoraba un aniversario más de nuestra patria, nuevas elecciones para designar a diputados a la Asamblea Constituyente, las cuales tendrían lugar en marzo de 1982. A dichos comicios se invito a participar al MNR y al UDN. También se invito al FDR (el ala política del FMLN) a que se inscribiera como partido político y compitiera como otra fuerza más por el voto. Básicamente el Ing. Duarte invito a los insurgentes a abandonar las armas, incorporarse al proceso democrático y demostrar su fuerza en las urnas. Los terroristas rechazaron la invitación y continuaron optando por el camino de las armas y el terror. En diferentes oportunidades, miembros del FMLN ingresaron a poblaciones y a punta de cañón, exigieron a los pobladores entregar sus cédulas de indentidad para que estos no pudieran ejercer su derecho constitucional.
  • Durante el mismo acto de independencia, el Coronel Jaime Abdul Gutierrez hizo entrega del pabellón nacional al comandante de la primera unidad de reacción inmediata de El Salvador, Tte. Cnel. Domingo Monterrosa Barrios. Esta fue la manera como la Fuerza Armada de El Salvador y el gobierno de la república presentaban la nueva unidad elite al pueblo salvadoreño. Durante el acto, el Atlacatl vistió el uniforme camuflado que lo caraterizo en su inicio y realizo un acto de destreza militar al Alto Mando y al publico asistente. Una vez finalizado el acto, el coronel Monterrosa se dirigió al grueso de la tropa que permanecía en descanso al borde de la pista del estadio. De manera improvisada, Domingo Monterrosa se aproximo a ellos y alzando el braso les grito: “¡Tropa, al trote!” De manera espontánea todos gritaron “¡Atlacatl!” La reacción paralizo y sorprendió a los asistentes.

  • 15 de octubre – Centenares de terroristas del FMLN apoyados por miembros de la organización terrorista conocidad como ETA sometieron a un grupo de valientes guardias nacionales y tropa regular que vigilaba lo que por muchos años se conoció como “el puente de oro”. La destrucción fue total. El objetivo de este acto fue tan simple como las mentes que lo idearon. El FMLN pretendía aislar la zona oriental y con ello reforzar las posibilidades de hacerse con un territorio que les permitiera negociar con los países que les habían dado reconocimiento como “fuerza beligerante” pero para sorpresa de ellos, el paso sobre el río Lempa se restableció semanas después de la destrucción gracias al esfuerzo del gobierno de ese entonces.

Continuará…

DOMINGO MONTERROSA REFUNDO EL EJÉRCITO

Foto El Diario de Hoy

El blog de Domingo Monterrosa no es responsable de la opinión de sus colaboradores y los comentarios de sus visitantes.

La muerte heroíca de Domingo Monterrosa el 23 de octubre de 1984 marcó un antes y un después en el Ejercita Nacional.
Ningún militar salvadoreño que se precie de serlo puede ignorar la figura heroíca de Monterrosa Barrios.
Con cualquier oficial que se hable de mi Coronel, tiene a flor de labios el adjetivo de “héroe”, nadie lo puede calificar de otra forma, solo los terroristas y sus sobalevas.
Ser como el Coronel Monterrosa es la meta de cualquier militar que ame entrañablemente la carrera de las armas, emularlo, imitarlo, seguir su ejemplo, vivir sus principios y valores es el objetivo de cualquier caballero cadete.
También lo es de cualquier paracaidista o soldado de fuerzas especiales, ya que él fue el fundador de este tipo de unidades en el país, tanto el Escuadrón Aerotransportado como el legendario Batallón Atlacatl.
Su entrega, arrojo, valentía y concepto del cumplimiento del deber es modelo a seguir por cualquier comando salvadoreño, porque aunque no existe un conflicto declarado, los enemigos de la Patria se encuentran agazapados buscando el momento preciso para lanzar su ataque apátrida contra los más preciados intereses de la Patria, y el comando de fuerzas especiales está listo las veinticuatro horas del día y los trescientos sesenta y cinco días del año para entregarlo todo, hasta su propia vida, por defender la Patria por la que un día juramos Vencer o Morir.
Cómo quisieramos muchos tener la fuerza y la hagilidad de nuestros años mozos para reingresar a nuestra querida Fuerza Armada, como quisieramos portar con dignidad nuevamente el uniforme que distingue al soldado nacional, llevar el M-16 en nuestras manos o el G-3 A2 de los paracaidistas de antaño, camuflajear nuestros rostros y equipos y salir a la cacería de los delincuentes terroristas, ser aerotransportados en los UH o lanzarnos al vacío en salto de combate para sorprender al enemigo, parapetarnos con el M.14 y lanzar tiros certeros como francotiradores, montar emboscadas por horas y días y golpear el corazón del enemigo. Pero la realidad es otra y el paso inexorable del tiempo hacen mella en nuestros cuerpos, pero la puntería no la hemos perdido ni el valor y el arrojo que nos llevaría a defender nuevamente a la Patria.
Por eso usamos ahora nuestro intelecto y nuestra pluma, para que las nuevas generaciones de soldados, clases, jefes y oficiales vuelvan a vivir con esos ideales que luchamos los que salvamos a nuestro País de la opresión comunista, de los que vimos derramada la sangre de nuestros compañeros y la nuestra en medio del fragor del combate.
La nueva Fuerza Armada debe surgir según el modelo del soldado Monterrosa Barrios, porque antes que un jefe fue un soldado y nunca lo dejó de ser, nunca olvidó su juramento y cumplió a costa de su propia vida.
Si un hombre de uniforme no está dispuesto a seguir los pasos de Domingo Monterrosa mejor sería que lo entregara antes que lo profanara con una traición a los más altos ideales de la Patria.
No está lejano el día en que Monterrosa sea considerado el procer de los nuevos tiempos, el refundador de la Fuerza Armada que junto al General Arce gritan desde la eternidad una nueva frase; la República vivirá mientras viva el Ejército
Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro

El Atlacatl fue parte de la respuesta a una crisis conflictiva en 1981

El inicio de la década de los Ochentas estuvo marcado por una serie de eventos que pusieron al país en crisis. El Salvador era un país sumergido en una amarga transición política de juntas de gobierno luego del golpe de estado en 1979. Por otro lado, la organización terrorista FMLN lanzaba la tristemente conocida “Ofensiva Final” en enero de 1981. Así mismo destruyo el “Puente de Oro” en octubre de ese año, infraestructura vital y emblemática de El Salvador. Estos actos de terror estuvieron acompañados de una serie de golpes a la Fuerza Armada de El Salvador y una organizada campaña internacional de difamación en contra de los cambios democráticos que estaba experimentando el país.

Fuera de las fronteras salvadoreñas la situación también tuvo una serie de eventos emblemáticos. El más notorio y quizás con más incidencia en nuestro país fue la elección del cuadragésimo presidente de los Estados Unidos. En enero de 1981, bajo un ambiente hostil de guerra fría, Ronald Reagan asumió la presidencia del gran país del Norte. Reagan, un férreo defensor de la libertad de los individuos y del establecimiento de la democracia, represento, por otro lado, una amenaza a los planes expansionistas del sandinismo de Nicaragua que se habían visto exaltados luego del derrocamiento del presidente Somoza en 1979. Los sandinistas, acompañados por el gobierno cubano, tenían a principios de los años ochentas, una participación directa en el conflicto salvadoreño mediante el abastecimiento logístico y capacitación de miembros del FMLN. Le elección del presidente Reagan inquieto los planes de Nicaragua.

En esta serie de entregas no pretendemos analizar detenidamente cada uno de los eventos del 81 sino resumirlos para poner todos los hechos en un contexto que permitan entender la situación imperante en ese año y que terminaron incidiendo en la visión estratégica y operativa del gobierno y la Fuerza Armada de El Salvador, situación que de alguna manera incidió en la concretizacion y despegue de lo que se llego a conocer como el Batallón de Infantería de Reacción Inmediata Atlacatl.

  • 10-12 de enero – La recién integrada organización terrorista, FMLN-FDR, lanzo una serie de ataques armados simultáneos a nivel nacional. A esta acción la denominaron “Ofensiva Final” – aunque de final no tuvo absolutamente nada. La ofensiva tenia como objetivo arrebatar el poder a la junta de gobierno y adelantarse a las políticas que surgirían una vez el nuevo gobierno de Ronald Reagan tomara posición. Luego de dos días de enfrentamientos la ofensiva se fue debilitando poco a poco hasta llegar al fracaso total. La Fuerza Armada de El Salvador salio triunfante – aunque con un fuerte llamado de atención – luego de haber sufrido ataques en la Segunda Brigada de Infantería, Destacamento Militar de Ingenieros, Destacamento Militar Numero 1 y Fuerza Aérea Salvadoreña.
  • 20 de enero – Ronald Reagan es proclamado cuadragésimo presidente de los Estados Unidos. La elección del nuevo mandatario trajo un giro dramático a las políticas hacia Centro América. Con la nueva administración vino la reanudación del ayuda militar hacia El Salvador. El presidente Reagan anuncio en marzo de 1981 aproximadamente $25 millones a la fuerza operativa militar salvadoreña .
    En una acción muy oportuna, el nuevo gobierno también removió al embajador de pensamiento izquierdista de los Estados Unidos en El Salvador, Robert White. El embajador se destaco por oponerse a la ayuda militar a nuestro país y apoyar abiertamente a la organización terrorista FMLN.
  • 1 de marzo – A mediados de 1980 la Fuerza Armada de El Salvador considero la idea de crear una unidad de desplazamiento rápido. En diciembre de ese mismo año la idea estaba bastante madurada y se comenzaron a organizar los mandos. El nombre aprobado por el Alto Mando de la Fuerza Armada para dicha unidad fue Batallón de Infantería de Reacción Inmediata Atlacatl (BIRIA). La comandancia de dicha unidad se le asigno al legendario teniente coronel Domingo Monterrosa Barrios. El mando Ejecutivo le fue asignado al mayor Natividad Jesús Cáceres Cabrera. El Atlacatl nace oficialmente en marzo de 1981. Fue creado con cuatro compañías de fusileros, una compañía de mando y servicio, una compañía de mandos de apoyo y un escuadrón de reconocimiento. En total, el Atlacatl nació con 1,140 efectivos.

En abril de 1981, el Atlacatl realizo su primera operación en la zona de Morazan. Los resultados no fueron muy satisfactorios debido a la poca capacidad logística de la nueva unidad; pero la situación no se prestaba para más retrasos. El Atlacatl regreso a su base y repensó su forma de operar, entendió la necesidad de mayor capacitación, reinvento su capacidad táctica y reforzó su armamento. Estos fueron los primeros pasos para el despegue de una de las unidades con más historia heroica dentro de la fuerza armada. El Atlacatl se llego a convertir en el martirio de las bandas terroristas a tal punto que al enterarse de su aproximación la idea era huir “en guinda” y no necesariamente confrontarlo.

Continuará …

MONTERROSA FUE UN OFICIAL FUERA DE SERIE

En la vida militar, a medida que se asciende en grado, la vida se va haciendo más cómoda, y por supuesto, las libras extras empiezan a aparecer y las consecuentes enfermedades derivadas, como la hipertensión y la diabetes.
Al mismo tiempo, a los subalternos se les ven con desdén y hasta con desprecio y se les someten a los mismos castigos y abusos a los que el oficial se vio expuesto cuando recluta o cadete. Es una especie de tradición en el Ejército. En la alimentación es igual. La comida de los oficiales siempre es de superior calidad que la de la tropa, y a veces, el oficial encargado del “rancho”, compra la comida de peor calidad para que “alcance” el presupuesto destinado a ese rubro tan importante en una unidad militar.
Igual en el manejo de fondos en la guerra, a la mayoría de oficiales nunca les alcanzaba el dinero que manejaban, a Monterrosa no solo le sobraba, sino que siempre pagaba lo justo en todo lo que compraba, hasta en las tortillas que encargaba para la tropa en operación.
Domingo Monterrosa era lo contrario a todo esto.
Desde que era cadete, se exigía más de lo normal para su grado, y sin tener una contextura física superior al promedio, su fuerza, agilidad y destreza física era superior a la de todos sus compañeros. subía la cuerda en escuadra como si fuera una máquina, corría a mayor velocidad que cualquiera en distancias cortas y tenía una resistencia en el trote de distancias largas superior a cualquiera de los mejores corredores del Ejército. Siempre fue famoso su trote de la Fuerza Aérea con los paracaidistas hasta el antiguo Hotel Sheraton en la Colonia Escalón. Pocos regresaban corriendo con él a la Base.
Nunca vió de menos a sus soldados ni a los civiles. A sus subalternos los trataba como hijos y su salud y alimentación eran vitales para él. No solo supervisaba las compras del rancho, sino que además, consiguió con el Ejército Norteamericano buenas raciones de comida para la tropa en la base y en operación. Igualmente se preocupaba de cualquier dolencia de los elementos de tropa y oficiales y practicaba la medicina preventiva entre su personal.
Los castigos los transformaba en refuerzo de la formación física, nunga golpeó a sus soldados ni los insultaba, nunca los abandonó en combate y más de una vez se sacrificó por un soldado herido que necesitaba ser transportado con urgencia.
Igualmente lo hacía con la población civil, un día una señora dió a luz en su helicóptero, fue evacuada de Ciudad Barrios.
Comía junto a la tropa, más de una vez una tortilla con frijoles fue compartida entre él y dos soldados más. Le sabían a gloria.
Su oficina en el Batallón y en la Tercera Brigada siempre fue sencilla, con lo escencial para un hombre que tenía su área de trabajo fundamentalmente en el teatro de operaciones.
Tuvo un perro, Huragan, un pastor blanco, que comía lo mismo que él, que trotaba con él, que saltaba en paracaídas con él, y que murió como él en el aire.
Tenía unos pocos uniformes, que ahora podemos contemplar en el Museo de Historia Militar, nunca utilizó armamento sofisticado y vestía como cualquiera de sus soldados, combatía junto a ellos, se arrastraba con ellos, se desvelaba con ellos, reía con ellos, bailaba con ellos, gritaba junto a ellos, lloraba con ellos, vivía como uno de ellos y murió como ellos en el cumplimiento del deber.
Definitivamente, Domingo Monterrosa Barrios antes que oficial fue soldado de la Patria y permaneció así hasta el momento de su muerte heroíca y así lo consideraremos hasta que un día todos los BIRIA y los hermanos de la seda nos reagrupemos en el cielo.
Esa humildad lo hizo grande, su felicidad en la tierra fue lo sencillo de la vida y el cumplimiento del deber. Nunca se complicó la vida con ambición desmedida, vivía con lo que ganaba y menos, no estaba atado a las cosas materiales, porque en realidad siempre fue un guerrero del cielo, un titán del aire, un aerotransportado en todo el sentido de la palabra, un soldado de fuerzas especiales que aprende a vivir con lo escencial, con poco peso en la mochila para moverse con libertad y agilidad, porque la misión se cumple a cabalidad y con rapidez.
¡¡¡Gracias mi Charly por haber sido como uno de nosotros!!!!!!
Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro

NO SE PUEDE NEGOCIAR CON TERRORISTAS

Negociar con terroristas a costa de los más altos intereses e ideales de la Patria es traicionarla de la manera más vulgar.
Es la forma más cómoda de ejercer el poder y una burla a la sangre derramada por los héroes que han ofrendado su vida en el cumplimiento del deber.
Pretender llevarse los “laureles de la paz” pasando por encima del marco constitucional y de las leyes de la República es burlarse de todo el pueblo que día a día trabaja por llevar el sustento a sus familias y por respetar el estado de derecho.
No se puede premiar a los delincuentes, mucho menos a terroristas que juegan con la sangre y el dolor del pueblo. ¿Donde queda el dolor de las víctimas? ¿Acaso es necesario ser terrorista para obtener favores del Estado como pasó en 1992?
En esa ocasión, miles de héroes anónimos, miembros de alta de los cuerpos de seguridad y de los Batallones de Reacción Inmediata, fueron despedidos sin mayor beneficio y a los terroristas que sembraron el dolor se les premiaron con puestos, tierras y privilegios de los que todavía siguen gozando.
Hombres como Domingo Monterrosa dieron hasta la última gota de su sangre para derrotar a los delincuentes terroristas, y al final quieren hacerlos pasar como los malos del conflicto.
Ahora está pasando el País por algo similar: el gobierno de Funes, el que ha pretendido ofender la memoria de nuestros héroes, ha negociado con los terroristas de la MS de la Mara 18, lo hicieron a través del actual Viceministro de Seguridad, anteriormente Director de Centros Penales. El gobierno de Funes ofreció privilegios para 30 líderes de maras, entre ellos los asesinos del 13, el Viejo Lin y el Sirra, a cambio de bajar los homicidios para que pareciera que era producto de las políticas de seguridad de Munguía Payés y que los mareros y sus familias votaran por el FMLN!!!!!!!!
DE ESA MANERA FUNES LE PREPARABA EL CAMINO A LA CANDIDATURA PRESIDENCIAL A MUNGUÍA PAYÉS, QUIEN NHA DESONRADO EL UNIFORME DE LA GLORIOSA FUERZA ARMADA.
Como camuflaje de esta espúrea negociación, involucran a Mons. Colindrés a quien ha dejado solo la Conferencia Episcopal, para hacerlo parecer como un “acuerdo entre maras”.
No solo negocian con terroristas facilitandole su labor de extorción contra el pueblo honrado, sino que le tocan la cara al Órgano Judicial y pretenden verle la cara al Pueblo. Nada hay escondido entre el cielo y la tierra.
Por eso es vital rescatar los valores que nuestros héroes nos legaron y por el honor de su memoria y de la sangre que derramaron tenemos que levantar con valentía nuestra voz como un día levantamos nuestros fusiles contra los delincuentes terroristas.
Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro

FORMANDO PATRIOTAS DESDE EL EJÉRCITO

Domingo Monterrosa y el pueblo Salvadoreno

Domingo Monterrosa comprendió que el Ejército no era simplemente una fábrica de máquinas de guerra, sino una escuela de patriotismo.
La mayoría de jóvenes que ingresaban al ejército en la guerra y en la actualidad, son jóvenes de extracción muy humilde, pero no por ello incapaces de grandes actos heroicos como diariamente lo demostraban en el fiel cumplimiento del deber.
En ese sentido se preocupó en la formación de sus cuerpos y sus espíritus. Supo combinar la educación espartana, sin llegar al maltrato o la humillación, y la educación ateniense, inculcándole el amor por la patria, la teoría militar y conocimientos básicos para poder desempeñarse en la vida civil una vez terminaran su servicio militar o la guerra misma.
Monterrosa se exigió y se continuó exigiendo a sí mismo durante toda su vida, para adquirir una capacidad física superior a la de sus compañeros de armas, y sabiéndose negarse a sí mismo podía con propiedad exigirle que lo hiciera a sus soldados. Sabía ignorar el dolor, el cansancio, el hambre, porque existía un ideal superior: el cumplimiento del deber por la patria.
Pero sus soldados no eran simples soldados de infantería, eran soldados de fuerzas especiales, caracterizados por una capacidad superior de combate y un coraje por el cumplimiento de la misión encargada por sus superiores con el único límite de la entrega de la propia vida, la cual se entregaba con gusto, porque se sabían seres escogidos y predestinados para el honor de los héroes.
Muchos patriotas los identificamos por las estatuas que la sociedad les erige en algún momento de la historia, pero los patriotas formados por Monterrosa quizás han quedado en el anonimato y ojalá algún día se les honre siquiera en un monumento nacional al Soldado Desconocido, quizás como el levantado en los Estados Unidos en memoria de los soldados caídos en Vietnam, en su momento muy incomprendidos, pero que igual entregaron su vida por la bandera de las barras y las estrellas.
El comando Atlacatl llevaba la Patria en su corazón y en su mente, al portar y usar su fusil lo hacía no con odio, sino con el deseo de usarlo contra los enemigos de su amada Patria, según las órdenes de sus superiores.
En el fragor del combate no conocía el miedo, las balas pasaban sobre ellos sin tocarlos, porque conocían el arte de la guerra de guerrillas, tan antigua como la misma guerra. Poseían una capacidad de fuego inigualable, desde las alturas, los desembarcos aerotransportados eran especialmente temidos por la guerrilla. El único abastecimiento que necesitaban era de munición, porque el hambre no era obstáculo para cumplir la misión, y si se acababa la munición, también su capacidad era inigualable en el combate cuerpo a cuerpo y en las trampas elaboradas con materiales de la naturaleza.
De esos patriotas necesitamos ahora, que entreguen la vida no por dinero, ni por banquetes, ni por honores, solo por amor a la Nación que los vio nacer.
Desgraciadamente en la actualidad, el mercantilismo ha opacado el patriotismo, la guerra y la manipulación del sistema educativo ha eliminado el civismo y el amor por lo nuestro, sustituyéndolo por anti valores foráneos.
Ojalá el recuerdo de la memoria de nuestro Héroe despierte nuevamente el patriotismo entre las nuevas generaciones, especialmente de los nuevos oficiales y elementos de tropa que año con año mantienen viva la Institución Armada, base fundamental de la República.
Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro

NO SE DEBE LLORAR A LOS VALIENTES

La siguiente es una nota editorial publicada en el periódico El Diario de Hoy en octubre de 1984. El autor es el señor Rafael Moreno Guillén y en ella se hace alusión a la trágica muerte de los Héroes de Joateca. El mensaje de esta nota es la de seguir ejemplo de los valientes y no llorarlos pero además se habla de un elemento táctico que en la época del conflicto utilizaban los que estaban en contra de la democracia: aislar a los gobiernos democráticos, destruir su reputación y debilitar su posición internacional. Vale la pena comentar que en esta época lo importante es unirse, fortalecerse y mantener vivos los ideales de libertad y democracia que motivaron a los valientes héroes de la Fuerza Armada de El Salvador.

No se debe llorar a los valientes
Por Rafael Moreno Guillén

No conocía personalmente a los oficiales Monterrosa y Calito, ni a ninguno de los que murieron en el cumplimiento de su deber pero se, como lo sabe todo el pueblo, que amaban a su Patria, que eran extraordinarios militares y que defendían y ganaban una guerra.
Pero bien, no se debe llorar a los valientes porque son hombres escogidos por Dios, para cumplir sus designios. Su ejemplo espartano debe servirnos de acicate para luchar con nuestras fuerzas y recursos al lado de quienes dan su vida por vencer al comunismo.

Los civiles debemos aceptar este compromiso en forma activa y no solo sentarnos a esperar que los militares por si solos, ganen la guerra que amenaza nuestra libertad.
Las víctimas civiles y militares de los ataques terroristas sucedidos después de la reunión de La Palma, son el resultado de la perversidad y traición de los comunistas, habituados a usar las platicas de paz como una estrategia de paz y guerra: siempre van a dialogar con una variedad infinita de engaños y cuando hablan de paz, son maestros en el arte de atraer a los desprevenidos.
Nuestro pueblo desconoce las tácticas comunistas puestas en práctica para destruir su moral y solo siente los efectos de destrucción y muerte que la causa la guerrilla. Esto es peligroso porque un pueblo puede caer en las garras del totalitarismo si no esta debidamente informado del peligro de hacer una paz negociada con el terror.
Es necesario saber que esperar resultados concretos de los diálogos con ellos, es nada más una ilusión porque buscan porque lo que buscan con estos diálogos es crear – más bien que resolver problemas.
Hay un refrán chino: “Cuando un comunista te da la mano derecha, cuidate del golpe que te dará con la izquierda”.
Eso es lo que esta pasando, recibimos ahora los efectos de las tácticas comunistas del doble juego que recomienda Mao: hablar, hablar, pelear, pelear y hablar miestras se pelea.
Las propuestas de los comunistas varían de acuerdo a su estrategia política militar: a veces parecen razonables pero en si mismas son trampas, que los cabecillas no tienen en el fondo deseos de abandonar sus planteamientos originales de obtener el poder total y sobre esto no harán nunca ninguna variación o concesiones: los últimos cables internacionales demuestran eso. Su lucha política es la de aislar a los gobiernos democráticos, destruir su reputación y debilitar su posición internacional para de este modo ganarse la compasión de Estados Unidos y Europa, presentándose como reformadores social-demócratas.
Pensar que un dialogo es el comienzo de la pacificación del país no es cierto; lo único que se conseguirá es darle un nuevo giro a la lucha desde otra posición mejorada – política y militarmente – para los comunistas con el agravante de que introducen al mismo tiempo el desaliento y derrotismo.
Los soldados muertos en acción, pueden presentarse ante la Patria y decirle: Le informo, Señor…Misión Cumplida!
No lloremos la muerte de los valientes, sigamos su ejemplo.

LA HUMANIDAD DEL CHARLY MONTERROSA

Domingo Monterrosa y el pueblo Salvadoreno

Desde que era un estudiante de secundaria, Domingo Monterrosa siempre buscó ayudar a su prójimo.
Vivía sobre la 25 Avenida Norte, frente a las lavanderias del ISSS, en compañia de su hermana, a la vuelta de la comunidad Tutunichapa.
Estudiaba en el Liceo Salvadoreño, pero durante los fines de semana, preparaba a los niños pobres para que recibieran la Primera Comunión. Llegó a pensar en hacerse sacerdote, pero al final se dio cuenta que Dios le tenía destinada otra misión: la gloriosa carrera de las armas y finalmente, la vocación de Héroe de la Patria.
Cuando tuvo mando de tropa nunca abusó de su posición para maltratar a sus soldados.
Cuando faltaba alguno de sus subordinados a sus deberes, prefería imponerles ejercicios que fortalecías sus cuerpos y aumentaba su resistencia que maltratarlos o humillarlos con garrotazos, insultos y bartolina.
Durante la guerra contra Honduras tampoco permitió abusos contra los vencidos, ni violaciones a las mujeres, ni robo de propiedades y semovientes, nada fuera del orden y la ley.
El 7 de mayo de 1980 salvó a un grupo de civiles y militares que se encontraban en la Finca San Luis de morir ejecutados por orden del Coronel Majano, quien creía que dicho grupo, liderado por el Mayor Daubuisson, estaba planificando un golpe de Estado contra la Junta Revolucionaria de Gobierno. La intervención de Monterrosa les salvó la vida. Practicamente el partido ARENA le debe la vida al Charly Monterrosa.
Durante la guerra contra la agresión comunista, a pesar de las duras condiciones en las que se luchaba, nunca se desesperó ni se desquitó contra ninguno de sus soldados. Los amaba como un padre a sus hijos, los ayudaba en los escenarios de combate, combatía muchas veces en la primera linea de fuego, sin miedo, con heroismo y con hidalguía, lloraba junto a los lisiados y a los muertos en combate, nunca aplicó castigos humillantes a sus soldados, solo los hacía flexionar para que se fortalecieran sus piernas, compartía una tortilla con frijoles junto a otros dos soldados, nunca buscó privilegios junto a la tropa, solo salía del escenario de combate si existía una necesidad extrema o se le requería por parte del alto mando.
Se conmovía profundamente frente al sufrimiento de su pueblo.
Al liberar algunos pueblos, se reunía en la plaza pública con la gente y les explicaba la razón de la lucha de la Fuerza Armada, porque era gente engañada muchas veces, y la gente sentía en él a un verdadero lider.
A veces mitificamos a nuestros héroes, pero ellos tenían también un corazón humano, una parte sentimental, una faceta llena de caridad. Domingo Monterrosa era escencialmente humano, y como tal, conocía el dolor y tenía una fuerte convicción del deber, y él mismo no escatimaba dolor para cumplir con el deber, con el fin de evitar al máximo el dolor ajeno.
Llegó hasta las últimas consecuencias, con la ofrenda de su vida por su pueblo, dio vida a las palabras del Maestros: “No hay mayor amor que el del que da la vida por sus amigos”. Domingo Monterrosa sabía que podía morir, sus compañeros de promoción se lo dijeron unos días antes de morir, pero él tenía un ideal más alto por el que luchar: la paz de su pueblo, y si el precio de esa paz era su vida, estaba dispuesto a hacerlo y lo hizo.
“Juré que cumpliría y cumplí”
Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro