Historias y noticias de la prensa nacional e internacional de Domingo Monterrosa

EL FRACASO DE LA OFENSIVA FINAL DE 1981

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Hace 32 años, los terroristas del FMLN en contubernio con el traidor Francisco Mena Sandoval, destacado en ese momento en la 2ª. Brigada de Infantería de Santa Ana, iniciaron lo que se conoció como la “Ofensiva Final”, sin embargo, la valentía y el arrojo de los soldados de la Fuerza Armada, lograron detener la agresión de los terroristas y los obligó a replegarse a las montañas, luego de casi nueve años de ataque urbanos que iniciaron con el asesinato de dos guardias nacionales que resguardaban las instalaciones del Hospital Infantil “Benjamín Bloom” solo para “recuperar” dos fusiles alemanes G-3.

Para algunos historiadores, esa agresión constituyó el inicio de la guerra de agresión terrorista que sufrimos hasta 1992 y que se ha trasladado al campo político con una inseguridad peor que la que se vivía en el conflicto, ya que entonces el promedio de muertes era de 17 muertos diarios y en la actualidad hemos llegado a 34 asesinados por día.

La llamada primera Ofensiva Final, constituyó el primer desengaño de los terroristas que creyeron que “el pueblo” se levantaría junto a ellos contra su Fuerza Armada, sin embargo, el rechazo del pueblo fue manifiesto y se repetiría en noviembre de 1989 cuando los terroristas llevaron hasta fusiles Ak-47 nuevos, de fabricación soviética y china, a los suburbios de San Salvador y lo que la población hizo fue salir huyendo, permitiendo a la Fuerza Aérea y al Ejército de tierra sacar en “guinda” a los terroristas que dejaron un reguero de destrucción, muerte y muchos guerrilleros muertos, especialmente los que les provocaron el Batallón de Paracaidistas en Soyapango, incluidos todos los miembros de las maras “Gallo” y “Chancleta” que delinquían junto a ellos en esa zona y los del glorioso Batallón Atlacatl en las colonias Zacamil y Escalón principalmente.

Y este fracaso, de rechazo total del pueblo, acompañó toda la historia terrorista del FMLN. En la época de la guerra se manejó un lema que decía: “Juntos Pueblo y Fuerza Armada”, y eso fue lo que precisamente impidió
que El Salvador cayera en las garras del comunismo internacional como Cuba y Nicaragua y ahora Venezuela, Ecuador y Bolivia.

Luego de la tal Ofensiva Final, la Fuerza Armada comprendió que ésta era una guerra no convencional a la que estaba acostumbrada, y como tal, debía adaptar sus fuerzas y crear unidades de mayor movilidad y versatilidad, por lo que se convocó inmediatamente al mejor soldado del país: el Tte. Cnel. Domingo Monterrosa Barrios, a quien personalmente se le encargó la preparación del Batallón de Infantería de Reacción Inmediata Atlacatl, lo cual no pasó con el resto de BIRI, los cuales recibieron su entrenamiento en Honduras, el Comando Sur y Estados Unidos.

Ello permitió a Domingo Monterrosa transmitir su carisma a todos sus comandos, quienes a pesar de estar mal equipados en un principio, supieron enfrentar las dificultades, adaptarse, avanzar y cumplir con la misión que se le había confiado.

Y ese carisma supo mantenerse en el Batallón hasta su desmovilización, de hecho, los delincuentes terroristas pusieron, como condición para firmar los llamados Acuerdos de Paz, la desmovilización inmediata de los BIRI y de los valientes Cuerpos de Seguridad, especialmente la Guardia Nacional a la que también perteneció nuestro héroe Domingo Monterrosa.

Como podemos ver, la osadía de los terroristas de lanzar esa “Ofensiva Final” hace 32 años, luego de haber recibido 800 toneladas de armas y municiones. provenientes de desechos de la guerra de Vietnam, vía Cuba-Nicaragua, permitió a la Fuerza Armada enfrentar con profesionalismo la mayor agresión sufrida por la República en toda su historia desde su fundación en 1824.

A pesar de la vergonzosa traición de Mena Sandoval y sus cómplices, la Fuerza Armada recuerda con respeto la memoria de todos los soldados, clases, oficiales y jefes que cayeron con honor en el cumplimiento del deber a lo largo de a guerra, conformando una pléyade de héroes encabezados

El ERP ESTUVO A PUNTO DE SER ELIMINADO POR EL ATLACATL

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El campamento terrorista ubicado en el Cerro El Colorado, donde funcionaba la Comandancia General del ERP, fue desbaratada por el Batallón Atlacatl, durante la operación de limpieza del norte de Morazan, informa el Cnel. Domingo Monterrosa.

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El Batallón de Infanteria de Reacción Inmediata Atlacatl (BIRIA) fue en definitiva la unidad anti-subversiva pionera de El Salvador que puso en jaque a organizaciones terroristas como el Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP). Sus duros inicios a principios de 1981 por falta de adiestramiento se vieron prontamente superados con la incorporación de dos equipos de asesores militares norteamericanos del Séptimo Grupo de Fuerzas Especiales a mediados de 1981. La mística y el coraje en combate inyectado por sus oficiales y en especial por su comandante, el TCnel. Domingo Monterrosa o “Carlos”, fueron el eje principal que permitió el desarrollo de los valientes guerreros de esta gloriosa unidad de combate. El BIRIA fue, en palabras del capitán Abraham Marin, “el mazo que aplasto a la subversión en muchas operaciones”.

Las organizaciones terroristas como el ERP, temían y a la vez respetaban al BIRI Atlacatl, a tal grado que llegaron a calificarla como la unidad más efectiva de la Fuerza Armada. Según uno de los comandantes de dichas agrupaciones, el BIRI Atlacatl era un adversario formidable por su capacidad de reacción bajo fuego, trato humano a la población civil y disciplina de las pequeñas unidades tácticas.

La efectividad, heroísmo y liderazgo del BIRIA y su comandante quedo plasmado en una nota periodística publicada por el periódico La Prensa Gráfica en junio de 1983 cuando esta unidad estuvo a punto de aniquilar la Comandancia General del ERP.

Desbaratan Mayor Campamento del ERP

El campamento terrorista ubicado en el Cerro El Colorado, donde funcionaba la Comandancia General del ERP, fue desbaratada por el Batallón Atlacatl, durante la operación de limpieza del norte de Morazan, informa el Cnel. Domingo Monterrosa.

Dijo el jefe militar en resumen, que después de las acciones libradas en los campamentos Agua Blanca, El Limón, Planes del Zapotal y Cerro El Colorado, las fuerzas del gobierno dieron muerte a cuarenta combatientes de la subversión y decomisaron un lote de lanza-cohetes LAW, de fabricación norteamericana, posiblemente de los que fueran incautados al ejercito de los Estados Unidos en Vietnam y que se capturo a una mujer como de treinta y seis anos de edad, militante de las organizaciones clandestinas, que combatía al lado de los extremistas.

Al referirse al nuevamente desmantelamiento del campamento del Cerro Colorado, afirmó que allí se encontraban los principales dirigentes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), y qué no se sabia que suerte habían corrido, porque si murieron luchando no se podía establecer por no tener documentación los caídos y porque también cabía posibilidad de que hayan logrado huir del lugar, ante el embate de los efectivos del batallón de containsurgencia a su mando.

Dijo también, que si algo había quedado bien claro una vez mas, durante las operaciones de Morazán. Además de la profesionalidad, es la valentía y heroísmo de todos y cada uno de los efectivos del Batallón Atlacatl.

Gracias a su coraje y patriotismo, dijo, “pudimos llegar al propio corazón de la subversión, la Brigada “Rafael Arce Zablah” considerada lo máximo que tenia el FMLN en toda esa zona del departamento de Morazán. Esto es muy importante, aclaró, porque las agrupaciones extremistas siempre han estado pregonando la invencibilidad de esa brigada y la inasequibilidad para la Fuerza Armada del campamento del Cerro El Colorado.

Es por eso que después de analizar los resultados de la presente campana de limpieza, los expertos militares sostienen que esté ha sido uno de los más contundentes golpes que se ha inferido a las organizaciones clandestinas, manifestó el Cnel. Monterrosa. No obstante los éxitos hasta hoy obtenidos, afirmó, se continuará con los planes de contrainsurgencia que llevan a cabo unidades de la región, combinadas con el Batallón Atacatl.

Tenemos la firme decisión, el propósito, más que todo la conciencia que, como soldados y salvadoreños, podremos llevar esta lucha y terminarla lo más pronto posible

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El coronel Domingo Monterrosa entendía la complejidad del conflicto por el que atravesaba El Salvador pero también tenia la convicción de que la confrontación tenia fuertes posibilidades de ser eliminada. Era cuestión de compromiso con el pueblo salvadoreño.

Luego de las acciones de terror realizadas por el FMLN en la población de Berlín, Usulutan, en 1983, las fuerzas del ejercito junto al gobierno de la república y la cooperación norteamericana se dedicaron a proporcionar asistencia a lo pobladores, especialmente a aquellos que habían tenido perdidas significativas.

Así recogió el periódico El Diario de Hoy las actividades conjuntas en Berlín.

Esta Guerra Impuesta es Cruel para el Pueblo

“Es una guerra bastante difícil, muy cruel. Y esta propalaron de Berlín es una muestra. Las acciones del ejército van lentas, pero seguras; es por la misma forma de la guerrilla”, expresó ayer el Cnel. Domingo Monterrosa, comandante del Batallón Atlacatl.
Esta fue una respuesta que dio el jefe militar a unos periodistas extranjeros, cuando ayer en Berlín, el embajador norteamericano Deane Hinton, inspeccionaba el Proyecto Conjunto entre Estados Unidos y El Salvador, de Viviendas Modulares Provisionales. Estas son hechas de material plástico, para las familias que perdieron sus viviendas en esa ciudad. Una de esas viviendas construidas es la del alcalde local, señor Santiago Yazbek Batres.
“Esta guerra es casi en la misma manera como se produce en otros países. Es una guerra difícil. Este mismo pueblo es testigo de ella. Sin embargo creo que nosotros tenemos la firme decisión, el propósito, mas que todo la conciencia que, como soldados y salvadoreños, podremos llevar esta lucha y terminarla lo más pronto posible”, agrego.

Ayuda Militar
Al preguntarle sobre más ayuda militar de Estados Unidos, contestó Monterrosa que “somos buenos amigos de los Estados Unidos y de todos los países libres. Y pienso que por lo tanto comparten nuestro dolor. Y más que todo, lo comprenden. También creo y pienso que ellos comprenden esta lucha que es tan cruel. Y creo que vamos a tener su apoyo”.
Cuando le preguntaron qué podrían enseñarle al ejercito los norteamericanos, dijo el jefe militar: “Creo que ellos saben mucho más. Pero siempre tienen sus características. Tienen su propia idiosincrasia, de acuerdo al pueblo o al país donde se genera. Y quienes están conviviendo en forma directa tienen la oportunidad de conocer lo mejor”.
Una periodista norteamericana le dijo que “ustedes no siguen los consejos que le dan y por eso no logran lo que podrían haber logrado.” A esto Monterrosa contesto: “Creo que si. Lo que pasa es que depende como se presenta la situación, así es como se reacciona. Pero si la doctrina que nos han ensenado los Estados Unidos es la mejor. Alguna veces, otros periodistas han preguntado si deseamos otra clase de asesores, como taiwaneses o europeos. Siempre he tenido la convicción de que la doctrina norteamericana es la madre del mundo”.

MONTERROSA NO ESTUVO EN EL MOZOTE

No menos de diez asesores militares (norteamericanos) trabajaban en aquel entonces con el Batallón Atlacatl. De acuerdo con uno de ellos, unos días después de la “masacre” habían telefoneado a la base del Atlacatl en la Libertad “Llamaron y pidieron hablar con Domingo Monterrosa, querían conversar con él acerca de algo que había pasado (en el caserio Mozote) durante el operativo”.

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Los terroristas del FMLN siempre guardaron un odio irracional contra el Tte. Cnel. Domingo Monterrosa Barrios por su liderazgo, por su eficiencia y por su carisma como militar, el cual lo transmitía a las tropas que dirigía.

A raíz de la operación “Rescate de Morazán” o tambien conocida como “Operacion Rescate”, realizada a principios de diciembre de 1981, dirigida por el Coronel Flores, Comandante de la Tercera Brigada de Infantería, en la que participó el recién creado Batallón Atlacatl, la izquierda comunista (FMLN) y maoísta (ERP), iniciaron una campaña de mentiras y descrédito contra el Ejército, con el fin de, en ese momento, impedir que se aprobara la certificación que permitiría el aumento de la ayuda militar norteamericana con la llegada de Ronald Reagan al poder.

A raíz del operativo y el enfrentamiento en el Mozote, en el que la guerrilla se escudó en la población civil que mantenían retenidos como “masas” y que les servían para alimentarlos y servir de mensajeros y mil usos, empezaron a magnificar los hechos presentándolo como una “matanza” realizada por el nuevo Batallón que ya sabían, sería su peor azote durante la guerra.

Uno de estos terroristas, el venezolano Carlos Henríquez Consalvi, encargado de la llamada Radio Venceremos, ahora ha creado una ONG llamada Museo de la Palabra y de la Imagen, desde la cual editó un libro titulado “Luciérnagas del Mozote”, en el que incluye un resumen de un reportaje del periodita norteamericano Mark Danner, en el cual vuelve a confirmar que la gran mayoría de los cadáveres encontrados, tal como lo afirma la Comisión de la verdad eran de niños, es razonable que un Batallón de Reacción Inmediata como el Atlacatl trabara combate contra más de cien niños del Mozote?, y por otra parte, en una comunidad de 24 casas podían vivir 128 niños?

Resulta indudable que los cadáveres fueron colocados en el lugar para después traer corresponsales extranjeros y lanzar en periódicos norteamericanos, precisamente en dos de los periódicos más influyentes en la política norteamericana, un cuento construido con cadáveres de niños que presentaran al ejército salvadoreño como masacrador de menores de edad, algo que que ni antes ni después del Mozote se repitió nunca, en momentos en que se discutía la aprobación de ayuda militar y económica a El Salvador.

Con respecto a nuestro héroe, el periodista se refiere al Cnel. Monterrosa en los siguientes términos: “El Coronel Monterrosa , que en ese momento era el comandante de campo más célebre del Ejército salvadoreño, estaba obsesionado con la Radio Venceremos”, de hecho, la persiguió durante toda su vida sacándola constantemente del aire, pero por su naturaleza, los terroristas lograban sustituir los componentes y seguían transmitiendo, convirtiendo la tal emisora en una especie de heroína de la guerra.

Afirma dicho periodista que “Monterrosa se había graduado en 1963. En los archivos aparece en el cuarto legal de excelencia (¿?), en una promoción de diecinueve. Como testimonio del respeto que inspiraba, aún hoy muchos oficiales lo recuerdan como el número uno en todo. En la Escuela Militar fue desde el principio una persona magnética y carismática. Pequeño, con el rostro simple y nariz de campesino, caminaba con un paso largo y rígido, lo que le convertía en una figura poco marcial distingible de lejos. El general Adolfo Blandón, quien cursaba su último año en la Escuela Militar cuando Monterrosa llegó al primer lugar, recuerda “Se colocó inmediatamente como el mejor de su clase; tenía los promedios más altos en los estudios, una excepcional condición física y conocimiento de los conceptos de la guerra”- Por supuesto, tal prestigio entre sus colegas lo convertían en una figura “presidenciable”. Monterrosa era, para Blandón “la excepción”, un salvadoreño cien por ciento soldado, un lider natural, un hombre de armas nacido como tal. Un militar nato con la rara aptitud de inculcar lealtad a sus hombre”.

En el escenario de la Operación Rescate de Morazán, el periodista sitúa a mi Charly en el inicio cuando en la ciudad de Perquín entregó un listado a los oficiales que dirigirían el operativo para que ubicaran a 10 hombres que servirían de guías, conocidos en el caló militar como “chaneques”, para orientar a las fuerzas en el terreno poco conocido por las unidades participantes.

El periodista traslada testimonios de supuestos testigos, proporcionados por la misma guerrilla, entre ellos una especie de “guía”, ya que su visita al lugar fue coordinado por el FMLN meses después de la Operación.

Sin embargo, más adelante relata: “…no menos de diez asesores militares (norteamericanos) trabajaban en aquel entonces con el Batallón Atlacatl. De acuerdo con uno de ellos, unos días después de la “masacre” habían telefoneado a la base del Atlacatl en la Libertad “Llamaron y pidieron hablar con Domingo Monterrosa, querían conversar con él acerca de algo que había pasado durante el operativo”, me relató el asesor.

En otras palabras, los asesores gringos se dieron cuenta que había pasado algo porque estaban en el puesto de mando de Oscicala y Monterrosa no había estado en esa ocasión en el teatro de operaciones…

Continúa diciendo: “Pero Monterrosa subió a su helicoptero y dijo: “Si quieren hablar conmigo, estaré allá con mis tropas” y agregó: “si voy y dejoque hablen de esto, nunca podré hacer que alguien vaya al frente de batalla y pelee por mi otra vez”. A continuación, subió a su helicóptero y despegó de regreso a Morazán”

Evidentemente el Coronel Monterrosa se dirigió a levantar la moral de la tropa porque la campaña de desprestigio había comenzado.
Fuentes dignas de crédito afirman que mi Charly Monterrosa fue sacado por dos días del escenario del operativo, y regresó cuando los hechos del Mozote habían pasado, ya que en su ausencia habían quedado las tropas al mando de oficiales.

La presencia de civiles en los escenarios de combate eran siempre por iniciativa de los terroristas, ya que de esa manera les era más fácil esconderse, escapar o inculpar al ejército de cualquier baja civil que se produjera en los combates.

Por ejemplo durante la llamada Ofensiva Final, los guerrileros se escudaron entre la población civil creyendo que la gente los apoyaría y se les unirían, de hecho llevaban mucho armamento nuevo para ser repartido, pero todo el mundo los rechazó y la gente salió de las zonas de combate, lo que permitió a partir del quinto día de la Ofensiva el uso de la aviación por parte del Ejército, lo que fue decisivo para su expulsión definitiva de las principales ciudades del País.

El Coronel Monterrosa siempre se preocupó de la seguridad de los civiles. Al ingresar a los pueblos, una vez liberados de los terroristas, se interesaba por la atención médica y el traslado de enfermos graves o heridos entre la población civil, siempre fue un militar muy humano que ni siquiera maltrataba a sus tropas en el entrenamiento.

El comunismo se sostuvo durante más de cien años con mentiras que al final terminaron en un fracaso, el paraíso comunista nunca llegó, y los terroristas salvadoreños siguen sosteniendo las mentiras de la guerra para continuar vendiéndolas y consiguiendo millones de dólares a través de sus organizaciones no gubernamentales en el Mozote y en todas partes, tratando de repetir dichas mentiras hasta que se consideren verdades irrefutables, pero todo el entramado de mentiras tejidas alrededor de mi Charly Monterrosa las iremos destruyendo una a una, como un nuevo Batallón Atlacatl, que en vez de fusiles tendremos las ideas de la verdad y la justicia.
El epíteto de “Ángeles del Infierno” con el que se denominaban sus soldados era porque precisamente su llegada a los teatros de combate le generaba un infierno a los terroristas y la mayoría de los que osaban enfrentarse con el glorioso Batallón Atlacatl eran enviados directamente al averno, junto al demonio que los había utilizado en vida para llevar dolor y terror a nuestro pueblo.

La verdad un día brillará e iluminará como el sol a nuestro pueblo.

Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro

ASI ERA DOMINGO MONTERROSA

Domingo Monterrosa y el pueblo Salvadoreno

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Un dia cualquiera de 1984 llego mi Cnel. Monterrosa a Las instalaciones del DM-4 su seguridad se quedo en el pequeno jeep que el conducia.El capitan de cuartel no estaba en su escritorio por que habia ido a la ayudantia, por lo que los honores se los hizo el Sargento de guardia, despues del protocolo pidio ser anunciado con el comandante del destacamento, y procedio a acostarse en el suelo de la guardia de prevencion con el sombrerito gringo en la cara, momentos despues cuando el capitan de cuartel un STte. recien ascendido regresaba al escritorio vio a este individuo rebolcado y sudoroso tirado en el suelo, procedio entonces a pegarle una patada en las costillas y le dijo “levantate muergano” casi al mismo instante con una cuadrada de comando el Sargento de guardia le dijo “Le doy parte mi coronel que dice el Sr. Comandante que puede pasar” percatandose de su grave error el oficial corrio para poder cuadrarsele antes de que el dentrara a la Comandancia y le dijo “Por favor disculpeme mi coronel yo le pegue esa patada por que pense que era un soldado” con una mirada que tenia comprension y amor de camarada mi Coronel le respondio, “Ay hijo… asi no se trata al soldado” ese oficial se quedo en la posicion de firme como por 20 segundos meditando la respuesta, creame… es una eternidad y si en mi juventud yo hubiera entendido la profundidad de esto, lo habria dibulgado antes. De el Libro “Chusillo” Morazan tierra de heroes y martires, de ANTONIO MIRANDA

LA HONRADEZ, VIRTUD CAPITAL DE MI CHARLY MONTERROSA

Domingo Monterrosa y el pueblo Salvadoreno

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Las virtudes se forman en el hombre junto al carácter, desde la más tierna infancia. Muchas veces un consejo dado oportunamente, marca toda la vida de la persona.
El Coronel Monterrosa se caracterizó siempre por la honradez, además de muchas otras virtudes.
Al escudriñar en su infancia, es evidente que la educación recibida de sus padres se caracterizó por la práctica de las virtudes más elementales, entre ellas la honradez. Su origen humilde no impidió desarrollarla, cuando muchos ven en la necesidad una justificación para robar o tomar fraudulentamente lo que no les corresponde, ya no se diga en el sector público donde funcionarios y burócratas se las ingenian para esquilmar las arcas estatales.
Luego la educación recibida por insignes maestros del antiguo Instituto General Francisco Menéndez y los Hermanos Maristas del Liceo Salvadoreño, cimentaron aun más este valor de la honradez.
Su cercanía con la Iglesia, al punto de haber pensado con ser sacerdote y ocupar parte de su tiempo en impartir la doctrina para la primera comunión de los niños pobres de la Tutunichapa, debió haber amalgamado definitivamente su carácter, lo que lo llevaría definitivamente a optar por la noble carrera de las armas.
Su expediente inmaculado en la Escuela Militar, el reconocimiento de la Misión Chilena que le confirió el Premio Bernardo O´Gigins como primera antiguedad de su Promoción, refleja que esa diáfana virtud le acompañó siempre, aún en ese ambiente en el que es aceptado el abuso del Cadete de Cuarto Año con los reclutas o cadetes de años inferiores. Monterrosa era distinto.
En la Guerra de las Cien Horas, la tropa bajo su mando en la Quinta Compañía de Expedicionarios de la Guardia Nacional se caracterizó por no traer ningún botín de guerra ni haber abusado de ningún ciudadanos hondureño: fue únicamente a cumplir con su deber.
En la Fuerza Aérea, en el Batallón Aerotransportado nunca el rancho fue tan completo como bajo su mando, en la Policía Nacional nadie puede decir que le dió una mordida para que le quitara una multa, es más, su motorista, apodado “El Chele”, tuvo que guardar arresto luego que le “aconsejara” a un transportista que le ofreciera una “mordida” a mi Charly. El busero pagó la multa y el Chele pasó treinta días de arresto.
En el Batallón Atlacatl y en la Tercera Brigada siempre le sobraba dinero de los operativos y pagaba toda la comida que encargaba, de ello me dió testimonio la señora Eugenia Martínez en San Antonio, al Norte de San Miguel: “El Coronel me encargaba tortiarle a toda la tropa y le cocíamos frijos y huevitos indios. Él ponía una hamaca en el corredor y se dormía un buen rato, porque me decían los soldados que nunca dormía cuando andaban en el monte. Y al final me pagaba hasta el último cinco, aunque nosotros no le queríamos cobrar porque sabíamos que andaba sufriendo para que nosotros estuvieramos alentados. A escondidas le mandaba con el ayudante una gallina asada y al regreso me la mandaba a pagar…”
Cuando fue a inspeccionar el local que ocuparía el Batallón Atlacatl junto al Coronel Natividad de Jesús Cáceres, encontraron todavía restos del mobiliario y materiales de la antigua Escuela Normal de Maestros, lo acompañaban sus hijos. Uno de ellos encontró una sacapunta, lo que no pasó desapercibido por mi Coronel, ordenándole dej’árla donde la había encontrado, a lo que el Coronel Cáceres le dijo que no había problema, que dejara al niño que se la llevara, a lo que el Charly le respondió que no….
Esa honradez le llevó siempre al cumplimiento del deber, y rechazó siempre a los que pretendían hacer de la guerra un negocio lucrativo…
Murió creyendo en su ideal y cumpliendo su juramento a la bandera.
Juró cumplir y cumplió

Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro

¡Allí Viene Monterrosa!

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El 17 enero de 1983 la Fuerza Armada de El Salvador lanzó una ofensiva en el norteño departamento de Morazán. Aproximadamente seis mil combatientes, esencialmente del ejército, iniciaron un rastreo de la zona y entablan combates con terroristas del FMLN. Una vez se inició el operativo, la disputa por el territorio se volvió intensa. Se dieron una serie de ataques y contra-ataques al norte del río Torola. Las bajas en las filas terroristas ascendieron a 36 y, al menos los que operan en esa zona del país, estaban acorralados.

Como una válvula de escape a la presión ejercida por la Fuerza Armada, los terroristas atacaron pequeños poblados al sur-oeste de Morazán. Es de esta manera que se lanzaron contra pequeñas guarniciones de policías y guardias nacionales en Alegría y San Francisco Javier, localizados en el departamento de Usulután. Pero la joya de oro era Berlín, en esa epoca un pueblo cafetalero de aproximadamente 30,000 personas. Berlín tenia un valor estratégico, no sólo por el cultivo del grano de oro, sino porque también era la cuna de Domingo Monterrosa.

En Berlin se sabía de las actividades de los terroristas del FMLN en los pueblos cercanos pero, fuera de eso, se podria decir que a finales de enero de 1983 en la ciudad se respiraba un ambiente de calma. Era un dia como otros. Lo que estaba fuera de lo normal eran los planes terroristas del FMLN. Los delincuentes estaban a punto de hacer de Berlín lo que ya era un “hobby” para ellos: tomarse poblados para aterrorizar a la gente, usar a civiles como escudos humanos, hacer imperar la ley del cañón y hacerse sentir la autoridad.

Durante un fin de semana, a finales de enero de 1983, unos 500 terroristas iniciaron su aproximación a la ciudad cafetalera. Colaboradores de estos les proporcionaron uniformes similares a los del ejército mientras estos hacían su ingreso a la ciudad. Es así como lograron confundir a la población y evitar que estos los delataran a las autoridades.

Dentro de la ciudad de Berlín se encontraban los puestos de la Guardia Nacional, Policía Nacional y Defensa Civil. En total se contabilizan unos 70 miembros de la seguridad pública. Poco tiempo después de haberse infiltrado, los ataques a las guarniciones dieron inicio. La población civil estaba confundida y asustada. El instinto los llevó a buscar refugio, pero los más valientes decidieron defender su territorio. Uno de ellos logró despachar a dos terroristas pero fue posteriormente capturado por los delincuentes, quienes lo exhibieron como un trofeo de guerra por toda la ciudad. La gente lo observó mientras éste caminó amarrado de sus manos por las calles; los terroristas le habían removido las uñas de las manos. El destino de este valiente ya estaba marcado. La guerrilla comunista del FMLN le colocó una soga al cuello y lo decapito.

Mientras tanto en las cercanías de la ciudad, los refuerzos de Fuerza Armada se organizaron y se aproximaron. Los valientes policías y guardias continúaron defendiéndose. Frente al puesto de la guardia se ubicaba un garitón de piedra y concreto. Un terrorista logró penetrarlo pero posteriormente murió al explotarle una granada que logró asestar uno de los guardias. Es así como algunos miembros de la seguridad pública lograron escapar al ataque. Otros no corrieron la misma suerte y fueron capturados. En el puesto de la policía se libraron combates similares. Un policía abrió fuego contra los terroristas para permitir a la población civil buscar un refugio más seguro. “Cuando yo dispare ustedes se cruzan la calle”, le indicó a una de las tantas madres con sus hijos. En otros lugares de Berlín, los terroristas agruparon a los hombres y los obligaron a preparar trincheras y abrir orificios en las paredes divisorias de las casas. Así mismo se dedicaron a prenderle fuego a algunas viviendas y vehiculos como pickups y tractores. Las herramientas basicas de producción yacían en llamas. Los delincuentes terroristas del FMLN habían transformado a Berlín en un cuadro de terror.

La Fuerza Armada estableció el puesto de mando en Mercedes Umaña. Unos 1,600 miembros del ejército continuaron agrupándose para retomar el pueblo. Las fuerzas estaban al mando del coronel Jaime Flores, comandante de la Tercera Brigada de Infantería. A estos se les unió el BIRI Atlacatl, comandado por el legendario teniente coronel Domingo Monterrosa. El ejército colocó piezas de artillería y contó con el apoyo de los Dragonfly A-37 de la Fuerza Aérea. El batallon Cazadores de la Tercera Brigada de Infanteria incursiono la zona desde el sector de Alegria. Se peleo ferozmente por un día. Los terroristas estaban bien atrincherados en la zona por lo que la Fuerza Aérea continuó con bombardeos de mucha precisión en los alrededores de Berlín. Piezas de artilleria de 105mm tambien realizaron disparos. Este fue el preludio de lo que les esperaba a los delincuentes si continuaban oponiendo resistencia.

Dentro de Berlín, los pobladores, rehenes de los delincuentes terroristas del FMLN, comenzaron a rumorar sobre un ataque frontal de la Fuerza Armada dentro de la ciudad. Algunos comentaron en forma de alivio, “allí viene Monterrosa”. Entre ellos ya se sabía que el Atlacatl había llegado a la zona. La simple presencia del Atlacatl generó esperanza, significó que pronto estarían a salvo y pronto podrían regresar a su día a día, pero no sin antes presenciar un inminente ataque que terminaría aniquilando a los terroristas. Los delincuentes al sentir tal presión generada por el ejército, decidieron escapar de la zona, no sin antes coronar su escape con más destrucción de viviendas y oficinas públicas.

Al huir los delincuentes dejaron de contar con el escudo humano de la población y se volvieron presa facil de los Dragonfly de la Fuerza Aerea quienes ubicaron la retirada de unos 200 terroristas y procedieron a bombardearlos. Asi mismo fueron sorprendidos con un asalto heli-transportado.

A pesar de que los terroristas habían asegurado permanecer por muchos días en Berlín, estos sólo lograron permanecer un poco más de 48 horas. El FMLN trató de sacar ventaja política de esta toma y emitió un comunicado en el que afirmaba haber “cumplido” con sus objetivos, pero en realidad lo que lograron fue asediar a la población civil, destruir la propiedad pública y privada, extorsionar al sector productivo de café y llevarse una buena cantidad de muertos en sus filas ¡Esos fueron los grandes objetivos logrados! Al final, la bajas mortales sufridas por el ejército durante el contra-ataque se contabilizaron en dos, mientras que de parte de los terroristas se contabilizaron aproximadamente 60 fallecidos. Los heridos fueron mucho más.

Eventualmente el Atlacatl y el resto de tropa logró entrar triunfante y sin mayores problemas a Berlín, sólo para darse cuenta de la destrucción dejada por los terroristas. Uno de los daños más fuertes quizás fue el emocional por el terror sembrado en los pobladores de la ciudad cafelatera, pero sin lugar a duda el mayor daño fue la perdida de vidas de personas civiles usadas como escudos y que nada tenían que ver en el conflicto.

LA MUERTE DE UN HÉROE

Domingo Monterrosa y el pueblo Salvadoreno

(Comentario del Presidente Duarte en su autobiografía “Duarte, mi Historia)
“Una semana después de las conversaciones de La Palma, el Ejército sufrió un golpe devastador. Perdimos al Coronel Domingo Monterrosa, el comandante militar de toda la región oriental, junto a dos de los mejores oficiales del cuerpo de combate del Ejército, cuando su helicóptero se precipitó a tierra en Morazán. La radio guerrillera afirmó de inmediato que habían matado a Monterrosa. Hasta que no se llevó a cabo una exhaustiva investigación no pudimos saber si el helicóptero se había precipitado debido a una falla mecánica , a una bomba o a un misil tierra-aire.
Cuando se remitieron las piezas del helicóptero para su análisis, fui a verlas. Como ingeniero, yo no descarté aún que la causa probable del accidente haya sido un fallo estructural o por fatiga metálica. Pero los expertos estadounidenses parecían estar convencidos de que se había colocado una bomba a bordo, entre los pasajeros, en la parte central. La bomba pudo haber estado dentro del radio transmisor que llevaban a bordo, incautado a la guerrilla, o pudo haber sido colocado por alguien. Los sacerdotes del cuartel de San Miguel que habían ido a dar misa al pueblo y que murieron junto a los oficiales, habían llevado consigo a dos monaguillos. Uno desapareció instantes antes de ese fatal vuelo de regreso. Es posible que ese monaguillo desaparecido hubiese colocado una bomba en el maletín del sacerdote.”
El reporte de guerra menciona un sacerdote y un sacristán, la versión que hemos transcrito del Presidente Duarte habla de dos sacerdote y dos sacristanes o monaguillos, o será un sacristán y un monaguillo?
La tesis de la bomba dentro del pájaro parece ser lo más lógico, no así la versión de los terroristas de que la bomba estaba en el transmisor capturado, ya que fue la parte superior del helicóptero la desintegrada por la bomba, no así la inferior que hubiera sido lógicamente destruida por una bomba en el aparato.
Vergonzosamente los restos del pájaro del Charly lo tienen en exhibición los delincuentes terroristas en su llamado “Museo de la Revolución” en Perquín donde todavía se encuentra un cráter producido por una bomba de 500 libras que estalló en el lugar donde había estado reunida la comandancia de la guerrilla unos minutos antes del ataque aéreo y el posterior desembarco de los parachutes.
Ojalá y este comentario lo leyera el actual Comandante de la Fuerza Aérea y recuperara ese pájaro como el derribado el 19 de febrero de 1982 donde murieron 19 paracaidistas y el hijo de mi Coronel Calito. Ellos no tienen derecho a exhibir los símbolos del sacrificio de verdaderos héroes nacionales.
Ese es un comportamiento propio de los salvajes que exhibían el cuerpo de los enemigos muertos.
Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro

EL ATLACATL ROMPE LAS LINEAS ENEMIGAS

Cerro Santa María, Usulután, aproximadamente 1982. Una unidad de la Primera Compañía de la Brigada de Artillería había sido desarticulada por los delincuentes terroristas. Un sargento y un cabo habían sido tomados prisioneros, el cabo llevaba consigo la carta de navegación de la operación y empezaron a ser torturados por un agente cubano para sacarles información vital para el enemigo. Ambos estaban amarrados a estacas en el suelo con alambre de púas. El sargento fue mutilado de los diez dedos de las manos y murió desangrado, cuando empezaban a torturar el cabo, los terroristas detectaron el desembarco del Batallón Atlacatl. El agente cubano le hizo un corte en el ojo izquierdo para mutilar su ojo y tomo una ametralladora HK 21 para intentar detener el avance de los comandos, logrando momentaneamente su cometido. Mientras tanto, el cabo sobreviviente logró soltarse de las amarras, no sin provocarse graves heridas en sus brazos y tomó un G-3 A2 que solo tenía un tiro en recámara y se lo disparó en la nuca al cubano, logrando solo herirlo, pero inmediatamente ubicó un M-16 A2 con el que le propinó 4 disparos con los que lo eliminó y limpió el avance de la tropa amiga. Sacó la cinta de tiros y se echó a los hombros al sargento muerto y avanzó para ponerse fuera de la linea de fuego, llegó a una quebrada y allí se desvaneció por la pérdida de sangre. Mientras tanto la unidad PRAL del Atlacatl logró penetrar las líneas enemigas eliminando a todos los terroristas sin ninguna baja mortal. Entre los primeros en llegar al campamento guerrillero estaba un soldado de mayor edad que la mayoría de comandos, vestía uniforme verde olivo, sombrero de tela de ala corta, pañuelo verde olivo anudado al cuello, fusil M-16 como el resto de la tropa, cuchillo de paracaidista en el arnés y mochila a la espalda. Su voz de mando era evidente, recibió el informe de la operación y se acercó al cabo herido, “Tranquilo cabo, ya viene el pájaro, ya lo vamos a sacar, lo felicito por su valentía”. Después se enteró que aquel Comando era el legendario Coronel Domingo Monterrosa, militar del arma de artillería, con quien se encontró posteriormente se tomó una foto con él, que ahora conserva como su mayor trofeo de guerra. Actualmente trabaja como un humilde vigilante, como la mayoría de héroes anónimos de nuestra gloriosa Fuerza Armada, pero no deja de emocionarse al contar esta experiencia.

LOS ATUENDOS DEL CHARLY MONTERROSA

EL SOMBRERO
En casi todas la fotos tomadas en campaña, el Charly Monterrosa siempre aparece con su legendario sombrero de tela verde olivo. Solo hay una con mi Coronel Ochoa en Santa Clara, Usulután, y otra en su despacho en el Batallón.
Como paracaidista y en la sede del Batallón llevaba con orgullo la boina ocre de los parachutes, y en uniforme de gala su kepis reglamentario.

Pero la figura icónica es la del sombrero, con las dos estrellas de Teniente Coronel en el frente y su apellido en la parte de atrás. Se lo quitaba solo cuando entraba en alguna iglesia durante los operativos, caso contrario, siempre lo llevaba puesto. A veces colocaba ramas con hojas para favorecer su camuflaje en medio del avance durante los operativos y más de alguna vez guardó en su interior la cajetilla de cigarrillos.

Nadie se parece a él con ese sombrero, en él es único, es icónico, era su sello de personalidad.

EL PAÑUELO
Alrededor de su cuello anudaba un pañuelo triangular, sin enrrollarlo. lo protegía del sol inclemente, secaba su sudor y muchas veces sirvió para hacer un torniquete o sujetar una compresa en la herida de bala de algún soldado.
Le servía de toalla de cara y manos en campamento, de servilleta después de sus rápidas comidas de campaña, pero sobre todo, junto a su sombrero era el complemento perfecto de su identidad militar en campaña, algo así como la boina del General Montgomery o la gorra y el uniforme kaki del General McArthur.

Complementaba su equipo como el de todo soldado: arnés con porta cargadores llenos, cuchillo de superviviencia que conservaba desde su experiencia como paracaidistas en Estados Unidos, botas jungla de cubierta verde olivo, uniforme camuflajeado o verde olivo, igual que la tropa, fusil M-16 largo, igual que la tropa,con un ligero camuflaje pintado, siempre bien limpio y aceitado, y su inseparable pistola Browning 9 mm que en más de una ocasión le salvó la vida en atentados personales.

En fin, un verdadero soldado de fuerzas especiales, no era un maniquí como algunos oficiales que se paseaban con uniformes de telas finas y fusiles capturados como el AK 47.

Domingo Monterrosa siempre vivió con lo necesario, con lo esencial como quien va de paso, en el fondo sabía que era un viajero estelar cuyo destino era el cielo, a donde partió a recibir a todos los héroes caídos de la gloriosa Fuerza Armada y a ponerse a las órdenes del Creador.

Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro

HURAGÁN

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Era un Pastor Alemán Blanco, todos los que vivíamos en la Colonia General Arce lo conocíamos, todos sabíamos que era el perro fiel del Mayor Domingo Monterrosa. Era famoso porque lo veíamos en los desfiles del Día del Soldado y del 15 de Septiembre, marchaba junto al Escuadrón Aerotransportado, los soldados vestidos de kaki y boina ocre, lo vimos saltar en el Estadio Flor Blanca, hasta que un día su paracaídas no se abrió y murió, si no me equivoco, en Amatecampo.
El Charly lo lloró en silencio.
Corría junto al Comandante del Escuadrón desde la Base en Ilopango hasta el Hotel Sheraton en la Colonia Escalón, nunca perdió el paso, el Charly le hizo sacar el lobo que llevaba en sus genes. Los lobos corren a veces más de cien kilómetros tras la presa, son perseverantes en la cacería, no descansan hasta que sus colmillos se cierran en el cuello de la presa…no sé si Huragán fue quien le heredó al Charly el espíritu del Lobo…
Se volvió una leyenda entre los paracaidistas, fue un ejemplo de valor, de coraje, de hidalguía hasta el momento de la muerte.
Si huibiera sobrevivido estoy seguro que hubiera sido la mascota en el glorioso Batallón Atlacatl y en la Tercera Brigada…hubiera muerto a la par de la tumba de mi Charly, siempre fiel, siempre leal al Comandante, al Lobo Alfa…un día nos encontraremos, recordado Huragán, en el reagrupamiento del cielo, donde ya caminas nuevamente a la par de nuestro querido Domingo Monterrosa.
El Lobo Alfa es el comandante en la manada de lobos, es el que indica las rutas, las estrategias de caza, los objetivos de las cacerías, los lugares de descanso, etc.
Domingo Monterrosa fue el Alfa de la guerra, el conductor, el guía, el lider.
Qué diferente hubiera sido si la Fuerza Armada se hubiera dejado conducir por Monterrosa, seguramente hubiera cumplido su misión de forma rápida y eficaz, pero la historia fue otra.
Ahora su memoria debe inspirarnos a conducir, no solo a la Institución Armada, sino al país entero.
Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro