Posts

MÁS CONTRADICCIONES SOBRE EL MOZOTE, CONFIRMACIÓN DE UNA FARSA MEDIÁTICA

El blog de Domingo Monterrosa no es responsable de la opinión de sus colaboradores y los comentarios de sus visitantes.

Los delincuentes terroristas del ERP, al entrar a la vida civil, se dieron a la tarea de divulgar una serie de mentiras que al final pareciera que para muchos se han vuelto verdades, siguieron el mismo método del Ministro de Propaganda nazi, Goebels, quien decía que de tanto repetir una mentira se vuelve verdad.
En uno de sus panfletos, editado precisamente por la UCA, titulado “Las mil y una historias de Radio Venceremos”, en torno a la supuesta masacre del Mozote hablan de una cifra exacta de “1009 muertos”!!!!!!!!!, de ahí se empezó a repetir esa mentira y de unos cuantos ranchos aparecieron más de mil muertos, el equivalente a la densidad poblacional de cuatro kilómetros cuadrados de El Salvador, en un lugar que a esas alturas del conflicto había sido deshabitado en buena parte por sus pobladores que se habían refugiado en el Campamento de Colomoncagüa o a casas de familiares a San Miguel, San Salvador u otras ciudades o pueblos del país.
Posteriormente afirman que el Batallón Atlacatl disparó a los ocupantes de la Iglesia con ametralladoras M-60 cuya munición es calibre 7.62, igual que los fusiles alemanes G-3 o los norteamericanos M-14, mientras el famoso informe de la comisión de la verdad habla de casquillos de munición 5.56 mm de fusiles M-16, ni siquiera en eso se pusieron de acuerdo.
Hablan que los soldados arrojaban a los niños al aire y los atravesaban con las bayonetas en el aire, ¿acaso los menores no fueron muertos por herida de bala en la cabeza según la famosa comisión? También afirman que las mujeres fueron apartadas y violadas en masa y luego asesinadas, raramente el informe no incluye a estos cadáveres.
Hablan también de niños introducidos a los hornos para hacer pan y carbonizados en los mismos, adonde se habla de esas evidencias.
Afirman de manera atrevida y audaz que mi Coronel Domingo Monterrosa comandaba las tropas que supuestamente cometieron esos abusos. No existe prueba alguna de ello y claramente se deduce que toda la mentira se ha urdido con la finalidad de ensuciar su nombre y la del Batallón Atlacatl, no de buscar la verdad.
Desgraciadamente muchos han repetido esas mentiras como afirmaciones propias y otros, con su cobardía, lo han permitido. Levantemos nuestra voz con valentía o eternamente tendremos que aceptar con vergüenza nuestra cobardía ante nuestros hijos y nietos. Prefiero morir con honor que vivir traicionando los principios que una vez juré ante la Bandera defender aun a costa de mi propia vida.
Por la Patria y con Dios.
Sgto. Guido Miguel Castro