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EL CHARLY MONTERROSA VIVE!!!!!!

Veintisiete años han pasado desde la desaparición física de nuestro querido Domingo Monterrosa Barrios!!! pero su ejemplo se mantiene vivo en cada uno de los que admiramos su herencia, herencia que no es material porque murió pobre como los grandes, sino moral, porque imitar al Charly Monterrosa es practicar la honestidad, la honradez, la fe en Dios, el amor a la Patria, la defensa de los más pobres, es luchar por la paz, es servir a los demás, es vivir con honor, es morir día a día a uno mismo para nacer a los demás, es luchar mamo a mano con los subalternos, es sufrir con ellos el hambre, el frío, el miedo, la sed y el cansancio.
La Patria, hoy como hace 27 años, necesita hombres como Monterrosa, que se olviden de sí mismos para pensar en su pueblo, que se desprenda de lo material para no ser atrapados por la corrupción y así poder pensar en los demás, hombres para los que el cansancio ya no signifique nada y que la entrega de la propia vida sea el pan de cada día.
Necesitamos devolver a los hombres de armas la dignidad, el honor y la hidalguía que les caracterizó hasta antes que Cristiani denigrara la Institución Armada y entregarla a la voluntad de los buitres que siempre quisieron cebarse de sus mejores hijos.
La Nación necesita del orden, la probidad y la rectitud que ha caracterizado siempre al hombre que ha abrazado la carrera de las armas, cuyo ejemplo más preclaro ha sido Mi Coronel Domingo Monterrosa.
Fue precisamente su lealtad a la misión que adquirió cunado juró defender a la Patria, la que provocó que los apátridas le tendoeran una trampa para asesinarlo, pero se jodieron, porque su muerte hizo que se esparcieran miles de semillas que poco a poco irán germinando en sus hijos, quienes forjaremos un mañana de esperanza para nuestra Patria.
Al igual que de los mejores hijos de Atlacatl se formó el BIRIA, así también de los mejores hijos de Monterrosa surgirá una pléyade de patriotas que devolverán a la Patria y a la Institución Armada el brillo que otrora nos distinguiera entre las Naciones y los Ejércitos del mundo.
Es hora que tiemblen los corruptos, arribistas, traidores y entreguistas, porque la venganza de Monterrosa será inmisericorde, el juicio de la historia ya los ha condenado, pero la fuerza de la Reacción Inmediata hará que se arrepientan hasta la cuarta generación del deshonor en que ahogaron a nuestra Patria.
Monterrosa Vive!!!!!!!!!!!!!!!!!1 Por la Patria y con Dios!!!!!!!!!!!!!

¿QUIEN MATÓ AL CHARLY MONTERROSA?

Desde hace más de 25 años, los apátridas del ERP comandados por Joaquín Villalobos, se han llenado las fauces diciendo que ellos mataron a mi Charly Monterrosa, y se inventaron un cuento de que dejaron abandonado un transmisor de la Radio Venceremos taqueado de explosivos y que con un altímetro activaron un detonador.
Desgraciadamente el silencio cómplice de sus compañeros de armas permitieron que una mentira de ese tipo, de tanto repetirse, se volviera una verdad aceptada por todo el mundo.
Qué fácil le salió el mérito a esas ratas de albañal que corrían en sus famosas “guindas” huyendo del poderío y de la efectividad de las fuerzas comandadas por Monterrosa Barrios. Ellos mismos lo declaran en los panfletos que tantas universidades y editoriales de mala muerte les han publicado, al oir el rugir de los aerotransportados huían en desvandada dejando tras de sí los campamentos casi intactos, llenos de trampas cazabobos. He aquí el primer error de su mentira: MOnterrosa estaba acostumbrado a lidear con trampas cazabobos, crees tú, hermano de las armas, que mi Charly iba a trasladar un aparato de transmisión sin revisarlo previamente, sería contradecir su espíritu guerrero, su perspectiva militar, su astucia como comandante de campo, no es más que una vulgar mentira.

La explosión que mató a mi Charly vino desde arriba del pájaro, una de dos, o explotó la turbina (estos pájaros venían de la guerra de Vietnam y hace tiempo que había terminado su vida útil), o se colocó el explosivo en la parte de arriba del helicóptero. El cuerpo de mi Charly fue recogido decapitado, o sea, murió por una exploción producida arriba de su cabeza, si la explosión hubiera sido en el famoso transmisor, su cuerpo hubiera explotado en mil pedazos y no hubieramos recogido nada.

Quizás ahora es dificil investigar la verdadera causa de su muerte, lo cierto es que es necesario desmentir a los que se han lucrado y vanangloriado contando esa patraña. y que se dan el lujo hasta de exibir en un tal “Museo de la Revolución” en Perquín, los restos del pájaro sin que las autoridades militares muevan un dedo para recuperar esos restos.
Hermanos, un día vimos a otros compañeros dejar las entrañas en las montañas de este país por una guerra que se nos impuso desde afuera, creo que nuestros héroes merecen un mejor trato, una memoria con más dignidad, un homenaje más sincero de una nación que es lo que es gracias al sacrificio que implicó el derramamiento de su sangre.
A José Domingo Monterrosa Barrios lo mataron los mercaderes de la guerra, los mercaderes de la muerte, él entregó voluntariamente su vida porque así lo juró ante el altar de la Patria, pero su pecado era ir muy rápido, si le hubieran dado los recursos necesarios, hubiera terminado con la guerra en un par de años o menos, pero el negocio era bueno y él no era de esos mercaderes. Su honor y su honestidad valía más que cualquier cantidad de dinero manchada con sangre y deshonor.
Ha llegado la hora de la verdad, ha llegado la hora en que el nombre del charly Monterrosa sea reivindicado y se eleve a los altares de los heroes, al mismo nivel que Morazán, Barrios, Arce, Bracamonte y Belloso.
¡Honor a quien Honor Merece!
Su memoria vivirá mientras viva la República
¡Por la Patria y con Dios!

Sgto. Guido Miguel Arturo Castro

MONTERROSA ES EL SÍMBOLO DEL VERDADERO PUEBLO SALVADOREÑO

El Teniente Coronel Domingo Bonterrosa Barrios es la síntesis y el símbolo del verdadero pueblo salvadoreño, ya que resume en su persona y en su espíritu la historia y la gloria de un pueblo, la valentía y el honor, la garra y el coraje del espíritu salvadoreño que nunca se ha acobardado ante las viscicitudes de la vida y de la historia.

En su sangre se unieron la hidalguía indígena y la nobleza española, su carácter era el de los antiguos caballeros medioevales para quienes el honor determinaba su vida, y por otra parte encarnó la valentía del indígena que en total desigualdad de condiciones se enfrentó a las armas de fuego y fue capaz de herir al propio Alvarado dejándolo cojo para toda su vida.
Monterrosa amaba profundamente a su pueblo y se compadecía de él porque venía de allí. Jugó, estudió, lloró y gozó en las empedradas y polvosas calles de Berlín, se educó con los del pueblo, y cuando volvió, lo hizo para liberarlo del yugo comunista que lo mantenía esclavizado en los enclaves guerrilleros, prezas del miedo y bajo la amenaza de muerte.
Nunca dirigió su fusil contra el pueblo, solo contra los enemigos del pueblo, se sacrificó hasta derramar la última gota de sangre, sabía que lo haría y no rehuyó de la muerte, más bien salió a su encuentro porque los seres eternos saben que la muerte solo es el principio de la felicidad.
Monterrosa nunca perdió la humildad que caracteriza al hombre del pueblo, nunca se avergonzó de su origen, nunca se enriqueció ilícitamente, lo sirvió hasta el extremo de dar la vida, la dió como quien entrega lo que no es suyo, porque como buen paracaidista, sabía que el verdadero reagrupamiento es en el cielo, no en la tierra.
Algún día la historia sabrá reconocer las virtudes de “Carlos”, algún día se erigirán monumentos hasta donde libremente podremos recordarlo los que lo admiramos y amamos de verdad, algún día la nación sabrá agradecerle todo el bien que le hizo, porque en los días más aciagos del conflicto, él supo dar la mayor cuota de sacrificio del ejército, dirigió a los mejores soldados porque él era el mejor soldado que ha parido el Glorioso Ejército Nacional.
¡Loor al único heredero legítimo de Arce y Barrios!
¡Gloria al Hijo Meritísimo de la Patria!
Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro

EL 23 DE OCTUBRE TODOS NOS QUEDAMOS HUERFANOS

Cuando empezó a difundirse la noticia de la muerte de mni Charly Monterrosa todos los que ya portaban el uniforme y los que aspirbamos a portalos, nos quedamos huérfanos, junto a él murió una parte de nuestro corazón hasta el día en que junto al Señor nos pase revista en el Cielo.
Al morir Monterrosa Barrios se moría lo mejor del Ejército Nacional, sin faltar a la memoria de tantos hermanos jefes, oficiales, clases y soldados que ofrendaron su vida por la Patria, sin ofender al resto de la oficialidad que nos condujo durante la guerra, sin faltar a todos ellos, puedo afirmar sin temor a equivocarme que José Domingo Monterrosa Barrios ha sido el mejor soldado que ha parido el ejército nacional.
Sin embargo la hostoria no lo ha juzgado en su correcta dimensión, las autoridades civiles no han dimensionado el papel que desempeñó en la guerra durante su vida y despúes de su cobarde asesinato. Porque él nos sirvió a muchos de inspiración para salir vivos de la guerra, para no desmayar en los momentos más cruentos del combate, a no bajar la guardia cuando el cansancio, el hambre y la voluntad nos traicionaban. En ningún lugar, fuera de las unidades militares, puede observarse una plaza o un monumento al Heroe de Joateca, por el contrario se lo han levantado a terroristas como Arafat o a perfectos desconocidos para nuestra cultura solo por quedar bien con determinados gobiernos.
Con Monterrosa todos empezamos a morir porque su muerte no fue con honor, fue traicionera, ignominiosa, y desgraciadamente a quienes les tocaba investigar no lo hicieron.
Me imagino el dolor de los miembros del Batallón Atlacatl y de la Tercera Brigada, una extraña mezcla de rabia, impotencia y dolor. No poder hacer nada en ese momento, no haberle dado ni siquiera el honor de haber muerto en combate, era inconcebible.
En ese momento los verdaderos patriotas nos quedamos huérfanos del hombre que representaba la lucha con honor, el patriotismo, el hombre que resumía las aspiraciones de todos los hombres que a lo largo de la hostoria habían luchado por los más altos intereses de la Patria.
Pero como dignos hijos de tal Padre, nuestro dolor tiene que traducirse en lucha por mantener vivos los ideales de Monterrosa Barrios, en honor al vivir tal como él vivía, en lealtad a la Patria, en amor por nuestros hermanos salvadoreños. Ese será el mejor homenaje que podemos rendirle a nuestro querido y recordado Teniente Coronel José Domingo Monterrosa Barrios, quien ¡Murió por la Patria!
Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro

TENIENTE CORONEL JOSÉ DOMINGO MONTERROSA BARRIOS: ¡MURIÓ POR LA PATRIA!

Cuando no estabamos operando, a las seis de la tarde formabamos para el arreo de la bandera y para escuchar el listado de los hombres que habían ofrendado su vida en aras de los más altos intereses de la Patria, de los que habían cumplido con su juramento a costa de su propia vida. Ante la mención de cada nombre gritábamos al unísono ¡MURIÓ POR LA PATRIA!

Yo no estaba en el Glorioso Ejército Nacional aquella tarde dolorosa del 23 de octubre de 1984, pero lloré al escuchar a las cinco de la tarde el parte de guerra de Coprefa, pero me imagino que nunca como esa tarde se escuchó entre los hombres de armas ¡¡¡¡¡MURIÓ POR LA PATRIA!!!!!!!!

Morir por la Patria para los apátridas no significa nada, les parece hasta ridículo, pero para los que amamos a nuestro País, para los que amamos su historia, a su gente, para los que hemos ofrecido nuestro sudor y dolor junto a muchos compañeros que tuvieron la gloria de ofrendar su vida en el altar de la Patria, “Morir por la Patria” es la mayor prueba, el mejor símbolo de entrega de patriotismo.

El Gran Comandante nos dijo un día: “Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos”. Esta verdad del Evangelio se hizo realidad en el Charly Monterrosa: él amaba a su pueblo, a su gente, entre más sencilla mejor, y ellos le amaban también. Amaba a sus soldados, eran sus hijos adoptivos, y los amaba tanto como a sus hijos de sangre, se preocupaba por ellos, por su alimentación, por la calidad de sus armas y municiones, sus uniformes y su transporte, vivía pensando en sus soldados, nunca se valió de su cargo para beneficio personal, no dejó fortuna conocida, murió como los grandes, pobre, llegó a la presencia de Dios con la carga de sus buenas obras, de sus virtudes, le dio parte al Señor de la Misión Cumplida y pasó a recibir el premio reservado a los siervos buenos y fieles.
Morir por la Patria representó el cierre de una vida que se inició con su juramento de fidelidad a la bandera siendo un nobel Caballero Cadete, renovó día a día ese juramento, probó permanentemente que estaba dispuesto a cumplirlo sin temor, con el valor de los héroes, lo dió todo y desgraciadamente no todos reconocen esa entrega, ese sacrificio, esa hidalguía, ese coraje, ese arrojo sin par en la historia del Ejército Nacional.

En el trote cantabamos aquella canción que decía: “Es mi orgullo ponerme el uniforme/que distingue al soldado nacional/ y en moriri por mi patria estoy conforme/ ser herido aunque vaya al hospital/ el fusil es mi amigo inseparable/ yo con él me presento a la instrucción…, portar el uniforme era un orgullo para el Charly, un honor, un compromiso de entrega total por los más altos intereses de la Patria. Portó con orgullo el uniforme caki del Batallón de Paracidistas a quienes nos dejó el simpático trote de la Fuerza Aérea hasta el redondel Masferrer, portó el verde olivo, el camuflaje francés, el camuflaje gringo, lo sudó, lo ensució, lo honró como nadie lo ha hecho en la hostoria de los heroes salvadoreños. Como nadie lució el parche del Atlacatl, parecía que era la misma personificación del héroe legendario que había cambiado el arco vengador por el M-16. Kepis, sombrero, gorra y boina ocre sustituyeron el penacho de plumas que cubrieron la cabeza visible del Ejército Salvadoreña. Lider indiscutible, voz de mando, azimut efectivo, coordenada de la victoria, tiro certero, coraje, todas estas caracteristicas de nuestro recordado heroe.
ahora descansa merecidamente en el seno de Dios, inspira a las nuevas generaciones de soldados. Un día la Patria reconcoerá públicamente su entrega y heroismo y levantará un monumento imperecedero a la memoria del titán del camuflaje. ¡Barrios!
Por la Patria y con Dios

Sgto. Guido Miguel Castro