LA FUERZA ARMADA NECESITA LLENARSE DEL ESPÍRITU DEL CHARLY MONTERROSA

Vivimos en El Salvador una época de grandes contradicciones, de corrupción, de alta traición a la Patria, de una delincuencia desbordada, de deshonor, de miseria moral.
La Fuerza Armada es él único bastión del honor frente a una partidocracia corrupta y mercantilista. El pueblo clama por la preheminencia de la Institucion Armada, pero revestida del espíritu del Charly Monterrosa, ¿cómo?
Un espíritu aguerrido, honorable, patriota, decidido, certero, apabullante, valiente, sigiloso, apegado a Dios, seguro de sí mismo.
Necesitamos un gobernante con esas características. Ojalá y el Charly estuviera con nosotros, el pueblo lo aclamaría, no a través de un partido político, sino por aclamación popular.
El charly comenzaría por decretar un estado de conmoción nacional y ordenaría al Ejército eliminar a todo delincuente terrorista, ahora denominados “mareros”, no dejaría piedra sobre piedra, devolvería la seguridad eliminando a los enemigos del Estado.
Posteriormente llamaría a las personas más capaces e inteligentes del país para conformar un gabinete de lujo. Examinaría a través de magistrados de cuentas honrados y capaces el estado de las finanzas en los distintos ministerios e instituciones gubernamentales e individualizaría a los corruptos, confisando sus bienes y condenándolos a trabajos forzados hasta que paguen hasta el último centavo,
Restauraría la Benemérita Guardia Nacional, expulsaría a todos los mercenarios que pululan en el país, ordenaría la devolución de los dineros mal ganados de los “asesores” que han esquilmado al país por años, revisaría los “gastos secretos” de los últimos cinco presidentes, reduciría el parlamento a 30 diputados y la Corte a 10 magistrados.
Reduciría al mínimo los gastos de la Presidencia, rechazaría cualquier partida secreta, y limitaría su salario a lo estrictamente necesario.
Iniciaría una segunda campaña militar contra los narcotraficantes, investigando los grandes capitales, pistas clandestinas, ex-funcionarios de gobierno, yates y barcos de pesca, vehículos de lujo, avionetas particulares y todo lo que genere sospecha por su ostentacion insultante.
Le devolvería al País su antiguo esplendor y haría de la Fuerza Armada la Institución con honor que siempre soño…
Desgraciadamente el Charly ya está con el Señor, pero desde el cielo nos llama a responder el llamado de auxilio de la Patria, a la que nunca se abandona herida y amenazada, se lucha y si es necesario, se muere por ella.
Entonces, quien es el valiente que tomará el puesto de mi Charly diciendo Por la Patria ¡Vencer o Morir!
Por la Patria y con Dios

Sargento Guido Miguel Castro