¿QUIEN MATÓ AL CHARLY MONTERROSA?
Desde hace más de 25 años, los apátridas del ERP comandados por Joaquín Villalobos, se han llenado las fauces diciendo que ellos mataron a mi Charly Monterrosa, y se inventaron un cuento de que dejaron abandonado un transmisor de la Radio Venceremos taqueado de explosivos y que con un altímetro activaron un detonador.
Desgraciadamente el silencio cómplice de sus compañeros de armas permitieron que una mentira de ese tipo, de tanto repetirse, se volviera una verdad aceptada por todo el mundo.
Qué fácil le salió el mérito a esas ratas de albañal que corrían en sus famosas “guindas” huyendo del poderío y de la efectividad de las fuerzas comandadas por Monterrosa Barrios. Ellos mismos lo declaran en los panfletos que tantas universidades y editoriales de mala muerte les han publicado, al oir el rugir de los aerotransportados huían en desvandada dejando tras de sí los campamentos casi intactos, llenos de trampas cazabobos. He aquí el primer error de su mentira: MOnterrosa estaba acostumbrado a lidear con trampas cazabobos, crees tú, hermano de las armas, que mi Charly iba a trasladar un aparato de transmisión sin revisarlo previamente, sería contradecir su espíritu guerrero, su perspectiva militar, su astucia como comandante de campo, no es más que una vulgar mentira.
La explosión que mató a mi Charly vino desde arriba del pájaro, una de dos, o explotó la turbina (estos pájaros venían de la guerra de Vietnam y hace tiempo que había terminado su vida útil), o se colocó el explosivo en la parte de arriba del helicóptero. El cuerpo de mi Charly fue recogido decapitado, o sea, murió por una exploción producida arriba de su cabeza, si la explosión hubiera sido en el famoso transmisor, su cuerpo hubiera explotado en mil pedazos y no hubieramos recogido nada.
Quizás ahora es dificil investigar la verdadera causa de su muerte, lo cierto es que es necesario desmentir a los que se han lucrado y vanangloriado contando esa patraña. y que se dan el lujo hasta de exibir en un tal “Museo de la Revolución” en Perquín, los restos del pájaro sin que las autoridades militares muevan un dedo para recuperar esos restos.
Hermanos, un día vimos a otros compañeros dejar las entrañas en las montañas de este país por una guerra que se nos impuso desde afuera, creo que nuestros héroes merecen un mejor trato, una memoria con más dignidad, un homenaje más sincero de una nación que es lo que es gracias al sacrificio que implicó el derramamiento de su sangre.
A José Domingo Monterrosa Barrios lo mataron los mercaderes de la guerra, los mercaderes de la muerte, él entregó voluntariamente su vida porque así lo juró ante el altar de la Patria, pero su pecado era ir muy rápido, si le hubieran dado los recursos necesarios, hubiera terminado con la guerra en un par de años o menos, pero el negocio era bueno y él no era de esos mercaderes. Su honor y su honestidad valía más que cualquier cantidad de dinero manchada con sangre y deshonor.
Ha llegado la hora de la verdad, ha llegado la hora en que el nombre del charly Monterrosa sea reivindicado y se eleve a los altares de los heroes, al mismo nivel que Morazán, Barrios, Arce, Bracamonte y Belloso.
¡Honor a quien Honor Merece!
Su memoria vivirá mientras viva la República
¡Por la Patria y con Dios!
Sgto. Guido Miguel Arturo Castro